Han tratado de acabar con nosotros. Pero todavía estamos aquí. Y cada
día somos más. Quizá tengan razón y nuestros sentimientos nos vuelven
locos. Tal vez el amor es una enfermedad de la que tendríamos que
curarnos. Sin embargo, hemos elegido un camino diferente. Y al final,
esa es la mejor cura: ser libres para elegir. Ser libres para elegir...
aunque sea equivocadamente.
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